HIJOS DEL NO INTENTA MOSTRAR TODA LA PRODUCCIÓN POÉTICA DE GREGORIO OJER. DESDE SUS INICIOS ALLÁ POR EL AÑO 1980 HASTA LA ACTUALIDAD
viernes, 31 de diciembre de 2010
CÍRCULO ANIMAL (2000)
GREGORIO OJER
“Hay algo extraño en mi vida que me impide vivir como yo quiero. Me pregunto cuál de las dos personas que hay en mí será la auténtica, si la que quiero ser o la que soy. Y ese pensamiento me impide ser yo misma. Hay algo que me molesta, algo que es parte de mí, y ese algo es mi cerebro. No sé “ser”; sé ver, pensar, algunas veces sentir...”. Carta de Julia Schucht.
“ A la celda llega una luz a mitad de camino entre la luz de una cantina y la luz de un acuario”. Gramsci
“yo no hablo nunca del aspecto negativo de mi vida, ante todo porque no quiero ser compadecido”. Gramsci
Tú
Y una página en blanco
También la misma pared blanca
Donde escribí tu nombre
Cumplimos.
Fue el paisaje
El que pronunció tu nombre
Y seguí soñando
La puerta de luz
Ojos cuya imaginación
Responden al agua opaca
Del espejo
Recorre tu rostro
Dentro del mundo sin
Escribir tan siquiera
El transitar de la piedra
La mano
Fuera de los dedos
La mesa dentro de la silla
Tú fuera de mi insistencia
Creo que soñaré el sueño
Perdido de tu existencia
La tierra de la humillación
Fuera de lo conocido
Insisto. el precio
No define a la mercancía
Sólo al humano
La lengua del modificado
El idioma es importante
Para escribir sobre la ceniza
Del nombre:
La ausencia
La noche polilla
Concedería el desnudo
Dentro de lo incomprensible
Pero fui tú
El horizonte fuera del limite
Tus manos acariciaban
La piedra
Sobrevino el tiempo
Y la hierba cubría tu cuerpo
La manzana se pudre
Sobre un libro de Schakespeare
Mi ojos se pudren
Sobre el hilo del vacío
Sucedió la palabra
Y el sueño.
Y el pícaro sospechó
La mirada en el tiempo
La baldosa fuera
Del suelo
Mis pies
Dentro de la piedra
El espacio comparte
El limite con el tiempo
La geometría
El hechizo del vacío
Sueño el sueño de tu ausencia.
Dentro del horizonte
Se encuentra la contradicción
Del límite
La escalera se pierde
En el portarretratos
Tú sonríes
Tu boca apresa el vacío
De otra mirada
Mi garganta el sueño imposible
Del tiempo
El gorrión nieva
La nube de cristal
Al lado del espejo
Junto a los ojos de
La desaparición
Del invierno
Creo en la contaminación
De tu cuerpo
En la indiferencia de la noche
En otras uñas felinas
Piedra, fiel reflejo
De la materia sin espejo
Tus ojos sangre de piedra
Húmedo acantilado
Atravesando el hastío del desierto
Queda el placer de la indiferencia
La consideración de la improvisación
La languidez del agua
El signo zodiacal dentro
Del manto púrpura
También la aceptación
De la insidia dentro
Del organigrama de la estupidez
Y del sillón confortable
Piedra sobre piedra
Tu no eres mi piedra
La piedra es carnívora
Y tú eres pedestal
De pólvora
Dentro del fogueo
Histórico del tartamudeo
Sinfónico de la melancolía
Ocupó la silla
Reservada
A la incontinencia
Al reloj de arena
Sin desierto
Que nombrar
Él neófito
No se enteró
Y yo vestido de blanco
Configuré el peldaño
Que conducía hacia
El charco y la semilla
Amigo quebrantahuesos
Leí el capital
Y desde entonces
Comprendí que él
Dio la señal de salida
Permito nombrar aquello
Que no señalo
Un cisne
Un coral
Un mar de piedra
La decrepitud
De la juventud
En el borde del espanto
La muerte florece
Entre la piedra
Es amanecer pétreo
Un significado
Para una multitud insignificante
La astilla de la luz
Cuando sumerjo la sombra
La garganta seca de horizontes
El dedo de la negación cercenando vacíos.
Arde el manantial de los equívocos
Arden los esquivos signos de la locura
Y el vértigo de la adolescencia
Recorre los paisajes altivos de la preñez
El movimiento del abismo
Desde la perfección
A la imperfección
Tiembla la naturaleza poseída
Del abrazo y la generación Abisal
De principios
No razonables
Ayer di de arder a la segunda ciudad
No es la mía
La propia posee cartílagos,
Carne de dominio
Cuerpos gobernados por el máximo placer
Ayer el suplicio
Hoy el acaparamiento
De máximas riquezas
Que nadie podrá contar
Entre sus bienes personales
Y los rizos de la aguja
Como la sacudida
Del último porqué
El céfiro de los años
La reacción de la inmortalidad
En un pétalo de estaño
Tengo necesidad de un desvanecimiento
De una precisa espuma de luz
De una salida amordazada
Entre el desuello y la armonía del desgarro
Ventisquero de párpados
Vigilia no verificada de
Una muerte repudiada
El muelle aventó la pereza
También los nombres de las Furias
Que emergían de labrantíos
Preservé la desnudez
A los labios extremos de
Aquella primavera
En el límite donde nada
Significaba al mármol
Todas venimos
Del deseo
Un punto
Entre el muelle
Del tiempo
Y la adivinación
Blanco
La noche
Y la mortalidad del suceso
Entre un acuario y una cantina
La mar oye lo que olvido
Y olvida lo que susurro
El menoscabo de la lluvia
Lo hallé en el barro
Dentro de la almohada
De un cuerpo de sueño sin brazos
Tu corazón de alta tensión
El ejemplo de una carne sin espacio
Quería tiempo
Y arranqué la tapa de la intemperie
Sucede que nombré.
Vino el hielo
Después de Pound
Y seguí nombrando
Lejos esta vez
Pero advenedizo
En la isla de los muertos
Aflicción
Estatuas en la comisura
El viento define tu boca
La respiración
Mi sed de hierba
Elevas la mirada
Más adentro de mi piel
Soy raíz
Me dejo llevar entre la cañería de
Tu acuario
Donde cantan los tapices
Las denostadas cacofonías
En la deriva del azogue vocal
Deletrea las calumnias
Del que se sabe perdedor
Volverá a la piedra
De la quilla
A las sombras derogadas
En la perfidia de la luz
El mármol transparente
En los surcos
De tu piel acartonada
Sombras de mediodía
Al borde de aquella boca
Pegada a las alas
De mi círculo animal
No hay tiempo
Para derogar la regla
De oro de la espina
Dormir el gorjeo del ritmo
Sin rima
Una misma realidad
En dos tiempos diferentes
Por eso cierro la hechura
Y cancelo a la auxiliar
De este vuelo anterior
A todos los viajes
El mundo es el pozo
De mi cráneo
Intempestivo en los carrizos
Donde la piedra vislumbra
Las sombras de la hierba
Más allá la orilla de un riachuelo
Surcando los confines de la tabulación
femenina
Extraña ideología
Del desequilibrio
Querría trabajar
Contra la exacerbación
Del individualismo
Por el individualismo
El poder es subrayar este aspecto
Dentro de tu intimidad
Disperso mi voz
No sé volar
En tu boca
Escribo sobre la piedra
Lo que un día dibuje
En tu complacencia
Crece la piel
Fuera de mi cuerpo
Te apresa
Y regresa a las formas
Primigenias de la materia
No hay nombres
Solo aproximaciones
La extensión despierta
La luz rescatada
De la inocencia
Armado por lo imposible
Preñado por la inquietud.
Muere la nieve sobre el estiércol.
Amanece la adolescencia
Picoteando el pellejo de la perfección
Nunca las cortinas ni los velos
Aprobaron el carácter infiel
Y heterodoxo de nuestros errores
Descansamos de la vida
Sobre la vida
Arañando el naufragio
De la piedra
La flor de espuma
El tacto del barco
Alejándose entre la arena
De aquellos dedos homicidas
Queriendo la bruma de la inexistencia
En aquella noche robada a la noche.
Liquidamos el vacío
Y el panteón de nuestro abismo
Ante la imposibilidad
De pernoctar en el cristal virgen
De cuerpos cóncavos
Recordé la pantalla de cine
Entre el cinturón de espejos
Y las coplas cansinas
De aquellos labios metafóricos
Y supe entonces que mis piernas
Hacían memoria de sus pies
Y que mis pies habían decorado
De huellas su salida
La simetría del aire
En el giro de la piedra
Repetía el bamboleo de la luz
Detrás del viento
Asedio inescrutable
Mansedumbre atravesando
El occidente de tu espejo
Preferencias en la seducción
En la miscelánea de sonidos
Y pieles ocasionales
Danza resistente
Dentro de la hinchada cosificación
De ídolos y lupanares mitológicos
Quien pronostica los nombres
Donde bailan los cantantes
Cerca de las bacantes
Y los vidrios de los rebordes
De los altares paganos
Tiene nombre la reminiscencia
Es el arco trazado
Entre la diáfana comisura
Impenetrable de tus ruinas
Fluvial
Brillante
Cuando despierte
Entre algas
E inscripciones
Será la hojarasca
Quien invalide
La historia de la inevocable materia
La pérdida de la espesura
Entre cafés y vasos de piel
Púrpura embebidos en el costumbrismo
De cápsulas sonrosadas
Y narices pegadas a cristales ineluctables
Las memorias describen el paso
De los derrumbes hacia decorados susceptibles
Del juego
Los bordes del artificio
El cruce de sexos
Y el surco de la voluntad
Que traza la grieta de la carne
En éxtasis matérica
Acabado el tiempo
Disponemos de la belleza
Tamizada sobre la lujuria
La historia del signo
Es la historia
De la piedra sin tallar
Brilla la memoria
Y el abrazo.
La almohada
En tus pechos
Se estrecha el círculo animal
En la angostura de nuestra exposición
De parecidos y lentitudes
Cuadernos
La serpiente de Gramsci
Olvidó los anillos
En los pasajes de Benjamín
Arde el museo de cera
Lejos de un hedonismo taimado
Te sentí irreductible
Cielo de piedra
Sobre el polvo
Del sudor resistente
Despertaste de la lascivia
Y una tarde
Cuando imaginabas
El infame ojo del sufrimiento
Pusiste la carne esquiva
En el asador de mi lengua
No sólo el cielo se resquebrajó
Sino aquello que siempre
Dominaba desde la atalaya
De la ignominia
Novalis
Así la relación de los cristales
Sobre el espejo
El reflejo de lo afuera
Y el círculo de tus ojos
Lenguaraz del sufrimiento
En los resortes de un cuerpo
Que deposité dentro de tu ambición
Por ser benigna a mi construcción
Derruida
Nombramientos
La piedra que marca
Los lindes
En un territorio ocupado
Por un paisaje que subraya
La cercanía de lo humano:
Es tu naturaleza lejana
Anatomía
Estoy enfermo
Nada aspira a mi existencia
El nombre como la cera
Es elemental para el fuego
Que señala el abandono.
Quise la cárcel
Y dibuje tus barrotes
Te nací
El enfrentamiento de la naturaleza
Sobre el fondo azul
La horquilla que humea en el
Resplandor de la bañera
El jabón de la mano dentro
De la madre
Quizá sus ojos sean los míos
Pero nunca su piel acariciará
Mi cuerpo muerto
Constipado social
El frío riza
El aire de tu pelo
Dentro hay arpegios
Bruñidos por el paño
Del dolor
Surgió del estornudo
Cuando la multitud
Se dirigía hacia un mundo
Deshabitado
Dedo definido
Las trompetas sin sonido
Rasgan el suceso
De tu garganta
Ensamblaje taimado
En otra lengua desgarrada
O fruncida entre los festones
De mi espalda
Significado
Caí
Y la caña combada
Desahució a la violencia
De tanto género
Hendí el nombre saturado
Y la sutura de los gritos
Provocó al extremo de tu inmovilidad
Plisamos la realidad
Como aquellos juncos
Que envolvían nuestros desnudos
En aguas profundas
Lejos de cualquier mandato establecido
Fui tú
Diáfana distancia que impregnas la realidad
Y las cosas supurando la condensación
De tu deseo
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