lunes, 3 de enero de 2011

CRÁNEO DESIERTO



“Hice efectivo un gran cheque en el banco de mi cráneo”. Allen Ginsberg



“A algunos hombres les llega un día
en que deben el gran sí o el gran no pronunciar”Kavafis












Preámbulo



El pie completo
De cólera
En el jardín de agua
Y palabras que inventan
El viento y la lumbre
El sendero callado
Y el peligro de decir el nombre
Bajo condena eterna
De siglos de alambradas
Y quistes crucificados
En los márgenes
De los que tradujeron
La mordedura.




































Abanico de sangre



Entonces la luz que queda
Refugio de flujos
Y bocas hambrientas
Tierra pestilente
Manos atadas al viento
Que zozobra bajo las palabras
Malheridas del señor que aguijonea
Con su púlpito la cultura de sus antepasados
Y no les queda nada, apenas
El humo de sus cenizas
Batidas por los brazos del manto azul




































Abeja de cristal




El vuelo del agua
Entre las celdillas
De sus dientes
Arrojo de sal y clavos
Lenguas profundizando
En un horizonte fascinado
Por la frontera
O ese afuera donde los muertos
Yacen entre alambradas
Y abismos de carne huera.
Son el jeroglífico de una tierra
Que desaparece entre el “todo permanece”
Y “todo tiene un precio”
También la nariz que escarba
Entre los desperdicios de la Soberanía Popular.





























Abismo





El escombro de tierra
Que separa Africa
De Europa:
Un ábrete sésamo sin tesoros
Rituales de huesos y heridas
Quiero decir silencio
Cuando no soporto
Las uñas de la información
Arañando a la humanidad
En busca de noticias alegóricas
Cuando un cuerpo descoyuntado parte en dos
La tierra prometida
Y sus manos se acercan discretas
A la altura de nuestro bolsillos
Bordados de corazones sin sangre.





























Imperio


El brazo que surge del agua
No blande una espada
Sino cientos de cuerpos
Y pateras carcomidas por la salitre
Y el ensueño del engaño mandato
Del mercado.
Por pura asimilación recopilamos muertos
Que yacen en nuestras playas estivales
En vuestros apartamentos cerrados a cal y canto
En vuestras sombrillas protegidas
Por el dios cristiano todos los domingos
Y fiestas de guardar
Así es la excelencia de un credo
Que surgió de una caída de caballo
O de un yonki que buscaba mercancía
Entre la bolsa del templo del gran monarca.
































Ablución



Carne callada
Vapores esqueléticos
Purificando el aire
De la condensación industrial
Nombrar la mordaza
Y cabalgar entre jirones
De vacíos y espaldas mojadas.






































Estrecho



En torno a una mesa
Sin comensales
Los espejos retienen
Las imágenes perdidas
De un mar ahogado
Entre muertes anónimas.
Cuando llegaron a los postres
Los reflejos tardaron en iluminar
Las sillas rotas sobre el abismo
De cuerpos amontonados.
Estallaron los cuentos infantiles
Entre muñones y lenguas oxidadas

































La nave de los infieles



La nave
De los que nunca duermen
Los angostos pasos
De la tierra
Y los nudos vacíos
Entre espalda y espalda
Las dunas ocultan
Los dorsos callados
El agua se desprende
De los últimos cuerpos
Ya no hay palabras para este roer
De pieles resignadas
Al desgaste
De la placenta de una Europa
Penitente y casta






























Mordedura

Hablo a los que perdieron la vida
A los que la espuma de las piedras
Dibujó el alcance de su mordedura


Acucia el viento
En la espera de la arena


También el tiempo lanzado
Sobre el último rayo de luz



El mundo se ofusca
Y el último superviviente
Atraviesa el umbral
De una pared de cal

¡Cabalga amor mío!
¡Cabalga dentro
De este clavo
Perforando el oscuro
Azul de tus venas!


El punto que intercede
Lo imposible de dos fronteras
Se aleja del espanto
De la raza europea
La única que ha sido capaz de
Exterminar
A los Otros sin campos de concentración
Solo con trompetas apocalípticas


Volver a los ojos vacíos
Tal vez a una esperanza
Que exige solamente un plato
Y un medico de cabecera
También la dignidad de un trabajo
En la esclavitud del capitalismo



El mundo se pone medallas
En los pechos de los muertos
Y el águila que retiene
El humo de las cenizas
Arrebata a la maquina de guerra
El derecho a dejar con vida
A los asesinos de lo visible
Y lo invisible




Dentro del agujero
La boca del oligarca
Succiona el puñal del esclavo


Fuera de la herida
El que mira tras la cerradura
Se encuentra con la escena
De su disolución




Detrás de la espalda
Se encuentran las barreras
De lo humano: patria
Nación, mercado
O “he aquí elesclavo del señor”


De qué señor
Quién es el caradura
Que somete a una mujer y a un hombre a la extrañeza.
Quién sostiene el exterminio de miradas
Diferentes a la de la gran civilización


Qué señor y en nombre de quién
Sometemos los principios de la carne
¿A la castidad?, ¿a la obediencia ciega?
¿A la recaudación de fetos y gestores
De la falsedad y el engaño?


El error se encuentra en una cadena de montaje
O tras el mostrador de una simple dependient@
Con tanga de leopard@ y tez morena de solarium


Sería ridículo pensar que esto tiene solución
Que los que mordieron por última vez
A esta tierra enjuta y somnolienta
Tengan que ver con los humanos o
Que la última revolución no se televisó
En horas de gran audiencia


Existe la mujer que rompe el espejo
Del resplandor
Existe el hombre que acompaña
A la sombra de su cómplice



Existe lo terrible señalando la diana
De su morada
La venda ensangrentada
La columna atada a la espalda
La aguja perforando al propio animal


Así con ese descaro conquistado
Entre cantos de sirenas
Las garras de los desposeídos exigen
Memoria y dinamita
El primer paso de la admiración
O el último abrazo del viento
Al crepúsculo del cerebro único.


Detrás de la espalda
Se encuentran las barreras
De la melancolía
La esquina de la ciudad
Global
La puerta del trastero
Del único sueño que sobrevivió
Al fuego de la jaula de hierro














Estado del bienestar





Me sobrecogió la corpulencia
Del espanto
De un cuerpo amontonado
Sobre otro
De un amanecer que estrellaba
Su luz sobre la arena de sangre
Y mejillas enmarañadas
Entre pieles dormidas por los mástiles
Del laberinto del horror y el bienestar
Sin estado


































La gran mariposa





Qué cuesta el exterminio
Y el intercambio de cerebros
Y prostitut@s entre el aburrimiento
Y el exceso
Qué cuestan las fortunas del oro negro
Entre guerras e invasiones de ojos oscuros
Y azules como los nudos del aire
Qué cuesta el nombre de esta habitación
Si el inquilino era un militar
De tierras devastadas por el odio
Qué cuesta hablar sin aliados
Ni vencidos ni cómplices que recuerden
Como fueron exterminados
Los primeros que corrieron
Tras el vuelo de la Gran mariposa
Qué cuesta tu espejo
Dentro del reflejo de la huida...



























La sombra



Despellejaba el sol del atardecer
Cuando el polvo que levantaron
Tus zapatillas irisó el cuenco
Vacío de la ciudad
Un hombre sin país
Un hombre que entierra a sus muertos
Dentro de otros muertos
En silencio
Una cama balanceándose
Sobre el paisaje de esta estación
Que acaba en el mar




































La realidad no es virtual







Cuando vacía la arista que divide
Su vida y el amor
La tierra festeja con grandilocuencia
El derrumbe del cielo
Sobre tus párpados
Por eso tu desnudo estalla en mil colores
Entre la escena macabra televisada
De un niño sin rima
Sólo con su madre muerta
Entre los sollozos de los comensales

No hay comentarios:

Publicar un comentario