sábado, 11 de agosto de 2012

DE EL LIBRO DE LOS CONTAGIOS

Esas voces manuscritas
en el aliento de la memoria
tributaban en tus dedos protectores
La disposición de los cuerpos
apresuraba el veneno polvoriento
concedido por la buena tierra
y un descanso vespertino
A orillas del secreto
la mar se esfuerza en ser rio

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