sábado, 30 de julio de 2016




UN CADAVER SIN DUEÑO

No hay nada en el asfalto
Solo tránsito
Instantes metálicos
Destreza de un cielo
Sin promesas
Nuestros dedos señalan
El polvo de las aves
Seguimos sin acordar

El viaje de la mariposa




Dicen que hay aire
En la hoja que cae
Dicen que las lagrimas
En un cuerpo desnudo
Se deshacen en servicios
Dicen que el tiempo
Arrastra cuerpos
Hacia el amor
Dicen que el placer
Es lento y se repliega
En la privación
Dicen que en el limite
De la piel hay otro remolino
De nombres deseados
Dicen que cuando
Comes unos labios
Aparece la promesa
De la eternidad.
Dicen que es instante
Marea infinita

Un puente nadando en el mar

PASAJES


Las palabras


Están dentro                              de la luz

Los niños recuperan


Los nombres

En el extremo de la oscuridad
No quiero besos ausentes
Ni robados al tiempo.
No quiero sábanas frías
Ni retenciones nocturnas
Que hagan ademanes insomnes.
No quiero que las horas
Pasen ciegas por tus ojos,
Ni pensamientos inmóviles.
No quiero solicitudes
Ni latidos exasperados
Contemplados desde la obediencia.
No quiero dueños
De nuestro follaje
Ni redimirme
Al engaño  del descanso
Te quiero a ti
Estremecida en el afecto
Imprecisa, perceptible
En la inexactitud
De nuestras vidas
M.J.

Recuerdo  una noche blanca
Restos de auroras boreales
En tus labios
Y mis dientes apretados
Entre nubes.
Quise dibujar un cuerpo
En el azul del cielo
Y entre solicitudes de estrellas
Surgieron tus parpados
Derramando cavidades
Puentes entre el follaje
De mis pies.
Borré las huellas de tiza
Fui niño, tigre, camello

Vaca azul…